La historia de COLLBAIX empieza en el año 1972. Mi padre por aquella época tenía unos 27 años y trabajaba en PIRELLI. Después del trabajo sacaba tiempo para realizar otras tareas, lo que más tarde sería su proyecto personal. Empezó como cerrajero en un garaje de 70 m² debajo de su casa, en la calle Collbaix en Sant Joan de Vilatorrada, haciendo pequeñas cosas con material de hierro; rejas, puertas de entrada, cerraduras, y todo ello trabajando con las herramientas y maquinaria más básica.
En los años 80 llegó un gran cambio, empezó a introducirse el material de aluminio en las viviendas, sustituyendo lo que hasta entonces era habitual, la madera. Esta nueva demanda le llevó a realizar otro tipo de productos, como ventanas correderas, también puertas de entrada, que se hacían mixtas, de hierro y aluminio. Fue una etapa que despertó el interés de mi padre por conocer y visitar diferentes ferias en Europa. En aquella época, cogíamos la furgoneta, y yo, con 12 años le acompañaba a países como Francia, Italia, Alemania, Suiza… El objetivo era ver cómo se hacían las cosas allí para mejorarlas aquí.
El relevo vino antes de lo previsto, era 1992 y prácticamente acababa de cumplir 18 años. Debido a un accidente inesperado tuve que hacerme cargo de una empresa que ya tenía unos 15 empleados. A partir de ese momento tuve que prepararme profesionalmente para dirigir un proyecto en el que veía nuevas oportunidades para crecer.
Una decisión estratégica que marcó la nueva etapa de COLLBAIX fue dejar los trabajos de carpintería de aluminio en pisos y obras, y centrarnos en la fabricación de puertas de garaje enrollables de aluminio para establecimientos.
Primero trabajamos a nivel local, en Cataluña y a partir del 98, después de la visita a la feria VETECO en Madrid, dimos el salto a nivel nacional.
El año 2012 es otra fecha clave COLLBAIX. Un cliente potencial en Francia, que ya nos seguía desde hacía tiempo, nos propone trabajar para su red comercial, una decisión que abrirá la empresa al mercado europeo. También y por primera vez, exponemos nuestro producto en la feria de Stuttgart en Alemania; un paso que nos da el impulso definitivo para abordar con garantía el reto de la internacionalización. Una decisión acertada que con el tiempo nos ha permitido mejorar tanto en procesos como en organización interna, y que ha consolidado nuestro posicionamiento en el mercado exterior.
Hoy somos un grupo formado por tres empresas, con cerca de 100 empleados en nuestras plantas y otros tantos sumando nuestros puntos de venta repartidos por toda España. COLLBAIX cuenta con dos plantas de fabricación en Barcelona, y otra en Gran Canarias. Nuestros clientes están principalmente ubicados en el mercado nacional, aunque de forma cada vez más importante trabajamos con otros países europeos como, Francia, Portugal, Suiza, Bélgica, Luxemburgo, Italia.
¿Cuál es el “core” del negocio, la actividad principal que diferencia a COLLBAIX de la competencia?
Nuestros clientes nos reconocen básicamente por tres productos por los que sí somos una referencia en el mercado:
- Puertas enrollables de aluminio, para el sector “retail” y grandes marcas.
- Puertas automáticas de cristal para el acceso a los establecimientos, un sistema para el control de la temperatura interior del local.
Puertas de alta seguridad certificadas a nivel mundial, anti-efracción o antibala.
El servicio también es clave. Piensa que cualquiera de las grandes marcas para las que trabajamos del sector “retail” tiene 200 o 300 tiendas repartidas por toda España. No hay semana que no estemos reparando, cambiando o actualizando alguna persiana.
En cuanto al producto, esto es lo más destacable y singular de COLLBAIX. Pero además, para que todas estas puertas de alta seguridad o peatonales, de cualquier tipo, se puedan abrir, cerrar o controlar, tenemos un avanzado sistema de control de accesos denominado SAS SMART ACCESS System. Se trata de personalizar cada puerta, permitiendo al usuario el acceso de forma remota con diferentes medios; tarjeta, código numérico o desde el móvil. Es el ejemplo claro de la implantación de la electrónica actual en nuestros productos, y esto significa mucho esfuerzo, mucho ensayo y error. Un proceso en el que participan profesionales de los diferentes departamentos de arquitectura e ingeniería.
Todo esto, solo es posible con una calidad certificada y homologada y un servicio que hace que nuestros clientes sigan contando con nosotros para nuevos proyectos.
¿Qué aspectos destacarías de la relación con AGA?
Empezamos en su día a buscar un proveedor de sistemas de apertura y cierre y dimos con AGA. Nos convenció por su amplia variedad de mecanismos, no solo euro-cilindros sino otro tipo de cerraduras que nadie más ofrecía.
A partir de ahí, la relación fue fluida. La gran ventaja de trabajar con esta empresa es que hablas con ellos y te lo ponen siempre fácil. La verdad es que son gente muy cercana. La pregunta que les hacemos habitualmente es ¿nos lo podéis hacer? Y en AGA la respuesta siempre es, sí, tenemos una solución.
La capacidad para resolver cualquier problema técnico es algo que valoramos muy positivamente. Te pueden hacer cualquier tipo de cerradura, te lo hacen a la carta; es también la forma de trabajar en COLLBAIX. Esa es la gran ventaja, y por eso llevamos tantos años trabajando con ellos.
El que AGA sea fabricante, que trabajemos las dos empresas en el sector industrial, hace que se faciliten los procesos, que nos entendamos mejor; se puede decir que hablamos el mismo lenguaje. Como detalle diré, que en unos bombillos que nos suministra habitualmente, no tuvieron ningún inconveniente en incorporar el logotipo de nuestra marca.
¿Qué valoración haces de la situación actual del mercado?
Como introducción diré que he sido durante 5 años, desde el 2019 hasta septiembre del año pasado, presidente de la Asociación de Fabricantes de Puertas de Automáticas de España, además de estar en otras organizaciones, por lo tanto conozco bien el sector, su situación actual y las dificultades que vamos a tener que afrontar, sobre todo en el ámbito del relevo generacional y su preparación profesional.
Por otro lado, y lo adelanto, COLLBAIX está poniendo en marcha un centro de formación propio, con la idea de formar tanto a empleados como a jóvenes que se puedan interesar por esta actividad.
Teniendo en cuenta la dificultad que existe en encontrar perfiles técnicos para la industria, y el cambio socioeconómico que estamos viviendo estos últimos años, con modelos de vida en continua transformación, esta solución, hecha a nuestra medida nos parece una clara apuesta de futuro. Utilizando términos futbolísticos, diría que tenemos que hacer cantera, como hacen algunos clubs.
Tenemos un gran interés por formar a jóvenes con capacidades y competencias que luego se puedan aplicar de forma real en nuestro negocio. Un centro de formación propio nos permite preparar a los y las alumnas en materias como la fabricación y el montaje de puertas automáticas, en definitiva, orientar a los jóvenes hacia estudios específicos sobre la actividad que desarrollamos en COLLBAIX.
Además de la formación en procesos mecánicos, las empresas del sector vamos a necesitar también a personas con conocimientos en electrónica y tecnología digital. Hoy, términos como programación, conectividad, redes…, empiezan a ser habituales y cada vez van a ocupar un espacio mayor en nuestros procesos de fabricación, instalación y monitorización.