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Se trata de una nueva carrera entre empresas, entre equipos que esta vez no se miden por su capacidad de producción o rentabilidad, sino por sus ganas de disfrutar. No corremos para ganar, ni para salir en la foto. Lo hacemos porque disfrutamos con solo ponernos la camiseta, con el antes y el después, con la idea de que no corremos solos, que juntos, hacemos frente a los inconvenientes y las dificultades del día a día, también a la lluvia que durante esa jornada nos acompañó de forma persistente en Donostia-San Sebastián.