Jesús Suárez, Gerente de SAG Seguridad nos recuerda en esta entrevista cómo surge el nombre de la empresa; un acrónimo del nombre y apellidos del fundador, Segundo Arangüena Goiri. Una persona que registró la marca en 1935, y que trabajó por aquellos años como un verdadero artesano del metal, haciendo entre otras cosas, pequeñas cerraduras para automóvil y cerraduras para vivienda, también conocidas como cerraduras de plastón.
«Mi padre, que por entonces tenía una ferretería en Bilbao, cerca de Basurto, Ferretería Casuso, hoy regentada por mi hermana, conocía y mantenía una relación comercial con Segundo Arangüena debido al producto que le suministraba y que él vendía en su establecimiento. En 1972, y gracias a esa relación, surge y se hace realidad la posibilidad de entrar en la sociedad junto con otras dos personas. En 1976 a la muerte de Segundo Arangüena, y con la salida del resto de socios, mi padre decide seguir adelante y crear Cerrajas SAG», explica Jesús Suárez.
Durante los siguientes años la empresa sigue su camino y Jesús Suarez decide emprender el suyo. En 1995, después de una larga estancia en Madrid, periodo que aprovecha para conocer y entender el mercado y el mundo comercial, vendiendo también productos de la marca SAG Seguridad, vuelve a Basauri, esta vez para dirigir y gestionar la empresa. Momento, según nos confirma, en el que aplica el conocimiento adquirido, con la idea de afianzar la estructura y poner en marcha un modelo de negocio más flexible y más acorde a los nuevos tiempos. Hoy, después de un largo recorrido, SAG Seguridad es una referencia a nivel nacional, ampliando poco a poco su presencia en ámbitos internacionales, destacando sobre todo el mercado francés.
Ya conocemos algunos detalles y características del pasado de SAG Seguridad, pero queremos conocer cuál es la propuesta de valor de la empresa, hoy.
Lo que realmente puede distinguir nuestra forma de trabajar al de otras empresas, y no lo digo yo, nos lo confirman día a día nuestros clientes, es sin duda nuestra atención y preocupación por entregar el producto que realmente necesitan, solucionando los posibles problemas que puedan surgir en el camino. Somos una empresa pequeña, pero esto nos permite responder con la flexibilidad que carecen empresas de mucho mayor tamaño.
La cercanía es clave, la escucha es fundamental, por eso llevo personalmente la relación comercial. Cuando viajo con fines comerciales acompaño a nuestros representantes en las visitas, e intento que entiendan que esto es una parte fundamental del proceso de venta.
La calidad y un proceso continuo de mejora son otros aspectos que ponen en valor el producto de SAG Seguridad en el mercado. El proceso de escucha que se realiza con los clientes, da claves y pautas claras sobre qué y cómo se debe adaptar y modificar la amplia oferta de soluciones de seguridad, a las necesidades reales del mercado. Gracias a que la mayoría de nuestros clientes son los que instalan nuestros productos, tenemos un “feedback” constante, eso nos permite introducir pequeñas mejoras o desarrollar nuevos productos que suplen y facilitan los problemas que suelen encontrarse nuestros clientes.
El compromiso con la calidad no solo se remite a un proceso de trabajo interno. La estrecha relación con proveedores de confianza, igual de implicados que SAG Seguridad con la satisfacción final del cliente, avalan y garantizan que el producto que sale de las instalaciones de la empresa alcance las exigentes demandas de un mercado tan competitivo. Además, trabajamos principalmente con proveedores nacionales, lo que nos asegura un trato más fluido y una capacidad de reacción más rápido ante incidencias o urgencias.
¿Qué destacarías de la relación profesional con AGA?
Como he dicho anteriormente, buscamos proveedores cercanos, ¡en todos los sentidos! Personalmente tengo que poner cara a mis contactos. Además de conocer bien la empresa, necesito conocer bien a las personas. Para poder abordar con garantías los desafíos que surgen en el día a día, hay que estar rodeado de profesionales que respondan, no solo dentro de la empresa, sino también de aquellos que constituyen la red de proveedores con quien trabajas.
AGA es el ejemplo de un proveedor con el que puedes contar para resolver cualquier reto. La relación, son muchos años, puedo decir que es entrañable. Somos una empresa que ha de actualizar sus productos tan rápido como lo exigen nuestros clientes. En ese proceso necesitamos proveedores flexibles y con experiencia, oficinas técnicas preparadas para actuar con rapidez y acierto, y lo más importante, capacidad de fabricación. Y todo eso lo encontramos en una empresa como AGA.
¿Cómo ves la situación del sector y su evolución a corto y medio plazo?
La sensación es de cierta incertidumbre, no tanto por las cifras o datos de venta o crecimiento, que seguro será positivo, sino por la estrategia de las grandes empresas del sector, acostumbradas a adquirir las pequeñas y cambiar así un modelo de valores que lleva en muchos casos a la deslocalización, transformando también la manera de relacionarnos.
Una multinacional puede trabajar a pérdidas con algunos de sus productos, por pura estrategia; las empresas más pequeñas no lo podemos hacer. Esa es la realidad con la que nos encontramos y en la que debemos competir. De todos modos, quiero y debo hacer una lectura positiva. A medio plazo el desarrollo de nuevos productos va a ser una realidad, y aquí, en esta fase, también entra AGA. Siempre amables y dispuestos a colaborar.
La digitalización, igual que en otros sectores, en el nuestro empieza a tener una mayor presencia, aunque en el ámbito de la seguridad, todavía las dudas son importantes y razonables. En este terreno buscamos soluciones de integración que nos permitan ir al mercado con soluciones fiables y seguras.
Otro aspecto que valoramos y ponemos en valor es el de las patentes. Hemos podido presentar una, recientemente, relacionada con llaves y cilindros.
No sé qué nos depara el futuro, pero lo que es seguro es que nos pillará trabajando.